sábado, 5 de julio de 2014

El pequeño diente de león.

Un diente de león, posado sobre el verde césped, saluda a un nuevo día y este le responde con tristeza y melancolía.

-¿Qué te pasa dulce Sol?, dijo el diente.

-No pude ver a mi amiga Luna y su hijo sigue aquí conmigo (cerró sus ojos levemente).

-No te preocupes, como me he de quedar aquí hasta que mis pequeños vuelen te conseguiré una cita con Luna.

-Muchas gracias pequeño diente.

Esperó, esperó y esperó el solitario dientecito la llegada del claro de luna. Llegó el claro de luna sin más fortuna que ese amanecer triste.

Luna también lloraba. Su niño se perdió en la madrugada, junto a Sol se encontraba el Hijo de la Luna, que esperaba cegado el sosegado amor de su curvada madre.

-Luna, Luna, ¿me escuchas?, dijo el minúsculo diente.

Entre sollozos y quejidos Luna balbuceó un tímido “sí”. Silbaba el viento, sin remordimiento por ver sufrir a su hermana Luna.

-Luna, no te preocupes, Sol tiene a tu hijo bajo su protección. Me ha dicho que te quiere ver.

-Dile que lo veré muy pronto. Pequeño diente guarda a mi hijo en tu regazo y si Sol lo consiente, entonces lo veré.

A la mañana siguiente, Sol despierta vagamente con el Hijo de la luna junto a él. El pequeño no dejaba de llorar, tanto lloraba que provocó un nubarrón gris y comenzó a llover. Los pequeños pétalos anaranjados del diente sufrieron una lluvia torrencial que no se detuvo hasta tres días después. Todo estaba tranquilo y al fin, el pequeño diente se dirigió a hablar con Sol.

- Luna me dijo que quería a su niño.

-Que se reúna conmigo, cuando lo haga se lo entregaré (dijo con cara cansada).

-Solo vendrá si lo dejas en mi regazo, explicó el dientecito.

-De acuerdo, pero a cabio quiero una hora más de mi presencia en este minúsculo planeta, enunció Sol.
Y pasaron los días en ese minúsculo prado de este minúsculo planeta. Cayó la noche; sollozaba Luna.

-¿Dónde estabas?,! Mi pequeño, está ahí ¡,exclamó una feliz luna.

-Sol…

-Sí, lo veré en unos días, dijo rápidamente una ilusionada madre.

-Además de eso te pide que le des una hora más del día.

-Dile que se la quede, pero que ya me la devolverá (besó a su pequeño).

El siguiente amanecer cubrió de una luz ámbar las semillas, ya blancas, del pequeño diente. Los pájaros piaban sin cesar con una armonía descomunal. Antes de pronunciar una sola palabra, Sol vio a Luna, una tenue sombra en el cielo azul, vestida de un gris azulado como los tonos de un pequeño escarabajo.

Mientras hablaban se lamentaban por no poder verse un poco más a menudo. Ambos se unieron en un lento beso; eran marido y mujer desde que tras conocerse el destino los unió. Tanto lío de enamorados para eso.

Mientras tanto el diente de león se preparaba para ver a sus preciosos niños volar, sin necesidad de recibir la gratitud de ninguno de los dos, cuando de pronto,  un humano egocéntrico y enamorado lo arrancó de cuajo para ofrecérselo como obsequio a su amada. El pequeño diente murió en el acto. La chica, tan femenina como asombrada, comenzó a soplar y las pequeñas semillas, que parecían minúsculos paraguas, comenzaron a volar. Los pequeños, volaron y volaron hasta llegar a nuevos prados alejados de tanto tumulto. Los amantes se marcharon dejando tras de sí un rastro de muerte y vida que siempre será recordado por aquel prado y sus habitantes.

Al enterarse de aquella tragedia, Sol y Luna decidieron no alumbrar más a aquella temible raza. Unos meses después, al recordar al pequeño diente y lo que fue, volvieron a dejar unos destellos de luz a aquellas miserables criaturas.

Debéis saber que cuando Sol y Luna se entristecen por la pérdida de su gran amigo, cae sobre la tierra una oscuridad inmensa durante un leve instante de tiempo para que el ser humano no olvide que gracias al Sol, la Luna y seres como ese pequeño diente de león la humanidad sigue existiendo con algo por lo que existir.

2 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho este "mini-relato". Me ha recordado a una leyenda del mundo creado por Patrick Rothfuss, se llama El ladrón de la Luna, por si quieres leerlo está en el siguiente link.
    http://www.taringa.net/posts/arte/15223811/Jax-El-ladron-de-la-luna---El-Temor-de-un-hombre-sabio.html
    Básicamente dice que Jax quería la luna, y según el mundo creado por este escritor, cuando un ser te dice su nombre, si lo guardas bien tendrás poder sobre esa persona, y Jax consiguió que la Luna le dijera el suyo, aunque tuvo la mala fortuna de no guardarlo del todo bien, por lo que sólo posee un dominio a veces, explicando por qué a veces la Luna es libre, y cuando es de día es Jax quien la tiene encerrada.

    Un saludo, eres muy mañoso con la escritura, así que no lo abandones nunca.

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  2. Muchas gracias¡¡¡.Por supuesto que lo leeré ,en verano siempre encuentras un "rataco" de lectura.
    Pd: Pásate siempre que quieras; estoy a punto de subir otra.... la estoy retocando. :P

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Muchas gracias por comentar, vuelve pronto ;)